“El diagnóstico de este síndrome se basa en un examen físico y una revisión de la historia clínica del menor, según los criterios dados por el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-V). En algunos casos podrían solicitarse exámenes médicos adicionales, con el fin de descartar otras condiciones que sugieran síndrome de Tourette sin serlo. Las complicaciones más frecuentes del síndrome de Tourette son problemas sociales y emocionales como el acoso escolar, la ansiedad y la depresión.” señala la Dra. Pamela Muñoz, neuróloga pediatra de nuestra clínica.

¿Qué es el síndrome de Tourette?

Es un trastorno neurológico que puede aparecer en la niñez o antes de los 18 años. Se distingue por numerosos tics de movimientos y sonidos (bruscos, reiterativos e incontrolables) que duran más de un año. Por ejemplo, la persona afectada puede repetir parpadeos, encogimientos de hombros, sonidos extraños o palabras groseras.

¿Cómo se presenta en los niños?

Los tics se dividen en simples y complejos, y pueden implicar movimientos (tics motores) o sonidos (tics vocales). Estos tics varían en tipo, frecuencia e intensidad.

Tics motores:

• Movimientos involuntarios de la cara, de los brazos, de las extremidades o del tronco.
• Suelen empezar antes que los tics vocales

Tics vocales:

• Pueden abarcar gruñidos, carraspeos, chillidos y ladridos.
• Algunos tics vocales complejos pueden ser insultar, repetir palabras o frases, o decir groserías sin querer.

Antes de la aparición de los tics motores o vocales, es posible que se sienta una sensación corporal molesta (impulso premonitorio) como picor, hormigueo o tensión. Con mucho esfuerzo, algunas personas con síndrome de Tourette pueden parar o contener temporalmente un tic.

¿Qué diagnósticos suelen relacionarse con el síndrome de Tourette?

• Pueden incluir: problemas de atención (TDAH), impulsividad (y trastorno negativista desafiante), conducta obsesiva compulsiva y trastornos del aprendizaje.
• También pueden aparecer otros síntomas como el toqueteo, los pensamientos y los movimientos repetidos, además de los trastornos obsesivos.

¿Cuándo consultar con un especialista?

Si los tics son frecuentes, intensos o interfieren con la comunicación, el funcionamiento cotidiano y la calidad de vida, se aconseja consultar con el neurólogo y el psiquiatra, en especial si se acompaña de otras condiciones.

Dra. Pamela Muñoz
Neuróloga pediatra de Clínica Ricardo Palma