Para un niño, un cambio de casa puede ser una gran fuente de angustia y ansiedad, ya que siente que lo están despojando de todo aquello que le da seguridad: su cuarto, el barrio, los amigos, el colegio, entre otras cosas. Los niños menores de 3 años suelen adaptarse más rápido a estos cambios, pero para los más grandes es fundamental involucrarlos para que enfrenten este proceso de la mejor manera. La Mag. Mary Castro, psicóloga de nuestra clínica, nos brinda algunos consejos respecto a este tema.

¿Cómo puedes apoyar a tu hijo?

• Cuéntale que pronto se cambiarán de domicilio. Hazlo empleando un tono cálido y sereno, respondiendo a todas sus preguntas. Recuerda que, al ser un niño, el cambio lo afectará de alguna forma.
• Llévalo a conocer su nuevo hogar. Enséñale su habitación y los espacios que compartirá con la familia. Invítalo a imaginar todo lo que podrán hacer allí y pregúntale cómo le gustaría decorar su dormitorio.
• Hagan un recorrido por los alrededores del inmueble. Esto le permitirá familiarizarse con los parques, tiendas y lugares de recreación cercanos, ayudándolo a sentirse más cómodo en su nuevo entorno.
• Involúcralo en el proceso. Invítelo a ordenar sus objetos personales y a elegir qué quiere llevar y qué desea donar. Pídale también que te ayude a empacar su maleta. De esta manera, se sentirá motivado y el proceso será más amigable.
• Escucha sus comentarios y sugerencias. Una vez instalados en la nueva casa, préstale atención y hazle sentir que su opinión es importante. Esto reducirá la tensión del cambio.
• Sé comprensivo con sus cambios de humor. Es probable que, al mudarse, pierda contacto con algunas amistades o que la distancia al colegio sea mayor, lo que podría incomodarlo.
• Acompáñalo en su proceso de adaptación. Ten paciencia y ofrécele apoyo constante mientras se habitúa a su nuevo hogar.

Recuerda:

Sigue estos consejos para que la mudanza sea más sencilla para tu hijo. Un acompañamiento adecuado marcará la diferencia, ayudándolo a adaptarse y a sentirse seguro en esta nueva etapa. ¡Mucha suerte!

Mag. Mary Castro
Psicóloga de la Clínica Ricardo Palma