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20 de mayo del 2018
Si tratas de fomentar la obediencia, una mejor estrategia es la comunicación.
“Como no hagas la tarea, no podrás ver la televisión”. ¿Qué padre no ha recurrido a este tipo de advertencias en algún momento para lograr que el niño obedezca? Sin embargo, la principal razón por las que esto no logra un cambio de conducta es porque la mayor parte de las veces los padres no cumplen y los niños lo saben.
Tal como advierte la psicóloga Mary Castro, de la Clínica Ricardo Palma, dejar sin efecto lo anunciado trae como consecuencia una pérdida de autoridad. “Cuando uno dice o impone algo, lo debe cumplir sea positivo o negativo. La palabra y autoridad del padre tiene que pesar”, indica.
Autoridad positiva
No obstante, Castro recomienda trabajar para lograr una autoridad positiva frente a los menores. “Establecer normas con medidas correctivas que impliquen no gritar y tener paciencia, porque cada niño tiene su ritmo para interiorizar la información. De esa manera, se puede generar una mejor comunicación con ellos. Y el padre mejora su imagen y se convierte en un ejemplo para el hijo”, explica la especialista.
Explícales que sus actos tienen consecuencias
Como sugiere la psicóloga Mary Castro, los niños pequeños suelen tener problemas para comprender el alcance de sus acciones, por lo que es necesario que los adultos les den una buena explicación. Hay que intentar ser lo más claro posible con los pequeños. Por ejemplo, en vez de decirle “si golpeas a tu hermano, atente a las consecuencias”, dile “no le pegues a tu hermano, si lo haces te castigaré”.
Hay que tener en cuenta que en los hijos adolescentes los intereses no son los mismos. “A los más grandes se les puede explicar de manera exacta las consecuencias de sus acciones”, detalla Castro. Finalmente, papá y mamá deben ponerse de acuerdo en la sanción, para que su autoridad se mantenga frente a los hijos.
Las amenazas no son una forma de educar
La amenaza es algo que muchos padres aprendieron cuando fueron niños. Lamentablemente, en algunos casos la utilizan con sus hijos cuando se ven sobrepasados por situaciones complicadas. Sin embargo, esa estrategia no es positiva ni beneficiosa para el desarrollo del niño. Regular su comportamiento en base al miedo limita las posibilidades del hijo para desarrollar habilidades personales y sociales que le permitan adquirir autocontrol y confianza en sí mismo. Igualmente, decirle siempre que se le quitará algo o se le dará un premio por una acción es orientar al niño al materialismo y consumo.
Lcda. Mary Castro
Psicóloga de la Clínica Ricardo Palma