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13 de julio del 2022
“Es importante que los padres cumplan rigurosamente el calendario de controles pediátricos del recién nacido, sobre todo los primeros meses de vida. Si bien es cierto que la criptorquidia es una condición poco grave, de no ser diagnosticada y tratada oportunamente, puede causar complicaciones futuras como infertilidad o cáncer de testículos, por citar algunas”, refiere el Dr. Waldo Berrocal, cirujano pediatra de nuestra clínica.
¿Qué es la criptorquidia?
En ocasiones, los bebés nacen con un testículo no descendido. A esta condición se le denomina criptorquidia. Esta patología congénita puede presentarse en uno o en ambos testículos y no tiene causa definida.
¿En qué casos puede darse la criptorquidia?
Como ya se ha citado, no existe una causa definida que origine la falta del descenso del testículo. Sin embargo, suele presentarse con mayor frecuencia en niños prematuros donde aún no se ha completado el descenso testicular. También puede producirse después de una cirugía de hernia inguinal, asociado al proceso de cicatrización, quedándose el testículo en el canal inguinal.
¿Cuáles son sus síntomas?
La criptorquidia no presenta síntomas, por lo que la evaluación del paciente en los controles pediátricos es clave para detectar esta alteración. Los niños con esta patología deben ser referidos al cirujano pediatra para el manejo y tratamiento respectivo.
¿En qué consiste el tratamiento?
Una vez hecho el diagnóstico definitivo, el tratamiento de la criptorquidia es quirúrgico. El objetivo es hacer descender el testículo a su bolsa escrotal a través de una incisión o corte en la zona inguinal. El procedimiento es ambulatorio; es decir, el paciente es operado, pasa a sala de recuperación, se despierta de la anestesia y es dado de alta, no requiere ser hospitalizado. La edad óptima para el tratamiento quirúrgico es entre los 12 y 18 meses.
¿Qué tipo de complicaciones pueden presentarse?
Las complicaciones no son muy frecuentes luego del tratamiento quirúrgico. Sin embargo, en casos aislados puede darse que el testículo vuelva a situarse por encima de la bolsa escrotal o que la herida operatoria se infecte, evitándose esta última con un adecuado cuidado e higiene.
Dr. Waldo Berrocal
Cirujano pediatra de la Clínica Ricardo Palma