“El diagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA) no se realiza mediante exámenes médicos habituales, lo realiza el neurólogo pediatra mediante la observación del comportamiento y el desarrollo del niño, quien desde los 18 meses de edad puede mostrar signos sugerentes o inclusive antes. Desde los 2 años, el diagnóstico puede ser realizado por un profesional con experiencia y considerarse muy confiable. Lamentablemente, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta llegar a la etapa escolar o adolescencia”, sostiene la Dra. Pamela Muñoz, neuróloga pediatra de nuestra clínica.

¿Qué es el autismo?

El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección neurológica del desarrollo que se manifiesta desde la niñez temprana y acompaña durante la vida, impactando en el comportamiento, percepción, modo de interacción, comunicación y aprendizaje de la persona.

Los signos de sospecha que los padres, pediatra o maestros pueden observar son:

• Falta o poco contacto ocular sostenido.
• Rechazo a la interacción social, no saben cómo acercarse, saludar, seguir el juego.
• Retraso en el habla o poca intención comunicativa ya sea verbal o mediante gestos.
• No tener un juego simbólico e imaginativo. Utilizan sus juguetes para enfilar, armar torres, clasificarlos o tirarlos.
• Rechazo a ruidos, tocar y probar texturas, y a la necesidad de tocar u oler todo, por ejemplo.
• Conductas que deben repetirse, generando frustración si no se cumplen según esa rutina. Tiene dificultad para adaptarse al cambio.
• Las condiciones de salud más frecuentes, asociadas al autismo son: depresión o ansiedad, dificultades conductuales, déficit de atención e hiperactividad, trastornos o dificultades del sueño y epilepsia.

¿En qué consiste el tratamiento o terapia?

• Manejo conductual. Apoyando al niño para que pueda realizar comportamientos esperados y a entender lo que ocurre luego de un determinado comportamiento.
• Manejo del desarrollo. Trabaja en terapias orientadas a la integración de diversas áreas: terapia ocupacional, integración sensorial, lenguaje y fisioterapia.
• Manejo socioemocional: Se enfoca en las habilidades sociales, ayudarlos a lograr un adecuado manejo de las emociones.
• Manejo psicológico: Mediante terapia cognitivo conductual.

Recuerda:

El autismo no es una enfermedad, es una condición. Las personas con autismo son valiosas y deben ser incluidas en nuestra sociedad. La intervención temprana y el trabajo con las familias y la comunidad son esenciales. Todo niño con autismo debe ser reevaluado con frecuencia, para detectar alguna condición adicional que debe ser abordada para facilitar su desenvolvimiento social.

Dra. Pamela Muñoz
Neuróloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma