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08 de octubre del 2024
La adolescencia es una etapa compleja, llena de retos y cambios que, en ciertos casos, puede llevar a los adolescentes a experimentar depresión. Si no se trata a tiempo, esta condición puede generar pensamientos destructivos e incluso hacer que consideren atentar contra su vida. Antonella Galli, psicóloga de nuestra clínica, explica que la depresión severa distorsiona el pensamiento, genera una visión negativa del futuro y puede llevar al adolescente a desear desaparecer. Por ello, es crucial aprender a identificar los signos de alerta para ofrecerles la ayuda necesaria.
¿Cómo reconocer las señales de alerta?
Los síntomas de depresión en adolescentes incluyen cambios de conducta, aislamiento social, falta de interés en actividades que antes disfrutaban, fatiga, insomnio, apatía, olvidos recurrentes, dificultad para concentrarse, movimientos lentos y pensamientos negativos. Además, pueden experimentar trastornos del apetito y una sensación generalizada de desesperanza.
¿Qué deben hacer los padres?
Si los padres notan un cambio significativo en el comportamiento de sus hijos, es fundamental actuar de inmediato. En muchos casos, el cuadro puede mejorar con terapia psicológica, pero en los más severos, se recomienda acudir a un psiquiatra para evaluar la situación y, de ser necesario, considerar el internamiento temporal para proteger la vida del adolescente y que pueda iniciar el tratamiento adecuado.
¿Cómo apoyar a un adolescente con depresión?
Es esencial no desvalorizar ni ofender a una persona deprimida. La depresión es una enfermedad física que afecta el cerebro, causando inflamación y agotamiento extremo, lo que dificulta realizar tareas cotidianas como ir al colegio o cumplir con sus deberes. Mostrar apoyo y comprensión en lugar de críticas es clave para una exitosa recuperación.
Recuerda:
La salud mental es tan importante como salud la física, a cualquier edad. Los adolescentes con depresión pueden ser más propensos a problemas de aprendizaje, discriminación, exclusión social y comportamientos nocivos como el consumo de alcohol o tabaco. Un joven emocionalmente estable es más capaz de tener relaciones sanas, ser productivo y enfrentar los desafíos de la vida de manera positiva.
Antonella Galli
Psicóloga de la Clínica Ricardo Palma