La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante el peligro, activando el sistema nervioso simpático en situaciones estresantes. Una vez pasado el peligro, el sistema parasimpático se activa para calmar el cuerpo. La ansiedad se vuelve problemática cuando se convierte en una constante. Para identificar la ansiedad, es crucial observar cómo reacciona el cuerpo ante el estrés. Antonella Galli, psicóloga de nuestra clínica, nos brinda valiosas recomendaciones para ayudar a nuestros hijos adolescentes ante cuadros de ansiedad.
¿Cómo se manifiesta la ansiedad en los adolescentes?
- La ansiedad en los más jóvenes puede manifestarse como ataques de pánico, especialmente durante situaciones de estrés o duelo, donde sienten que perderán el control sin una amenaza específica. La pandemia exacerbó los casos de ansiedad social, especialmente en adolescentes introvertidos, quienes incluso hasta ahora pueden tener temor de interactuar con nuevas personas.
- Existe una gran relación entre estrés, ansiedad y depresión. Si un joven muestra altos niveles de ansiedad, puede también estar experimentando un episodio depresivo, especialmente si ha enfrentado cambios significativos en su vida recientemente.
Señales de ansiedad en adolescentes
Los adolescentes con ansiedad pueden manifestar una variedad de síntomas físicos y emocionales. Entre los síntomas más comunes están:
- Aceleración cardíaca
- Tensión muscular
- Problemas para conciliar el sueño
- Respiración entrecortada
- Preocupaciones constantes
- Problemas gastrointestinales
- Cefaleas
- Irritabilidad
- Sensación de falta de aire
Recomendaciones para que los padres puedan apoyar a sus hijos ante casos de ansiedad:
- Mantén la calma. No grites ni castigues a tu hijo por sus comportamientos. Esto le ayudará a sentirse seguro para hablarte sobre sus sentimientos.
- Felicita la sinceridad. Valida sus emociones, especialmente cuando confiese sus preocupaciones.
- No minimices sus sentimientos. Comprende que sus experiencias pueden ser muy diferentes y desafiantes.
- Fomenta la comunicación. Habla abiertamente sobre la ansiedad y comparte tus experiencias personales para generar empatía.
- Promueve hábitos saludables. Incentiva una buena alimentación, ejercicio físico y la realización de actividades familiares.
- Busca ayuda profesional. Si es necesario, anima a tu hijo a recibir tratamiento y haz seguimiento a su terapia.
Antonella Galli
Psicóloga de la Clínica Ricardo Palma