El verano es la época del año que coincide con las vacaciones largas del colegio, las universidades, viajes, entre otros. Sin embargo, es también la estación en la que la temperatura ambiental sube, propiciando mayor sudoración y afectándonos al momento de realizar actividades cotidianas, laborales, recreativas o deportivas, mayormente al aire libre. Esto aumenta el tiempo de exposición al sol, sobre todo cuando acudimos a playas y piscinas. El Dr. Carlos Sordo, dermatólogo de nuestra clínica, nos brinda valiosas recomendaciones para mitigar el impacto que la radiación solar puede tener sobre nuestra piel.
- Utilizar prendas finas de algodón que permitan la evaporación del sudor, pero con una trama tupida y colores que reflejen la luz sin retener el calor. Asimismo, elegir medias y calzado apropiado según la actividad a realizar.
- Mantener una higiene diaria con jabones suaves, evitando abrasivos, germicidas y excesos de desinfectantes, ayuda a prevenir la irritación y deshidratación cutánea. Secar bien la piel y cambiar la ropa a diario son prácticas esenciales. Los baños sucesivos pueden limitarse a ser refrescantes o utilizar poco en áreas necesarias. Después del baño se pueden aplicar humectantes ligeros para mantener la piel hidratada.
- Evitar caminar descalzo en la calle y usar sandalias de jebe al ducharse fuera de casa es recomendable para prevenir infecciones. Los deportistas deben llevar sus propios utensilios y toallas al gimnasio o saunas para minimizar los riesgos.
- Buscar la sombra y usar gorros o sombreros ligeros con trama tupida, así como lentes oscuros para proteger los ojos. Al ir a la playa o piscina, es recomendable utilizar toldos y sombrillas gruesas, evitando las horas de mayor radiación y calor, entre las 10 a. m. y las 4 p. m.
- No aplicarse sustancias irritantes ni colonias antes de exponerse al sol.
- Si se utiliza fotoprotector, aplicarlo 30 minutos antes de exponerse a la luz del día y reaplicarlo cada 2 horas según la actividad.
- No utilizar cámaras de bronceado, ya que suministran una gran cantidad de radiación en poco tiempo, provocando daño, fotoenvejecimiento y aumentando el riesgo de cáncer de piel.
- Se deben extremar estos cuidados en niños, personas mayores y gestantes, así como en quienes padecen enfermedades, ya que son más vulnerables. Los niños, cuya piel comienza a producir melanina a los 2 años, no deben exponerse excesivamente al sol antes de ese período, requiriendo protección constante. Se aconseja el uso de jabones neutros, evitar colonias y, en menores de 6 meses, en caso de ser necesario, utilizar fotoprotectores minerales o pantallas para prevenir reacciones alérgicas.
- Mantener una alimentación equilibrada proporciona los nutrientes y vitaminas esenciales para preservar la salud de la piel. Además, se aconseja ingerir la cantidad adecuada de agua diariamente, considerando la edad y la actividad física o exposición al aire libre.
Recuerda:
La luz y el calor del sol son fundamentales para la vida en la Tierra tal como la conocemos. A pesar de los desafíos actuales, como la contaminación ambiental, es posible protegernos mediante medidas preventivas y contribuir a la preservación de la Tierra al respetar su ecosistema en la medida de lo posible.
Dr. Carlos Sordo
Dermatólogo de la Clínica Ricardo